Se cree que el origen de esta joya se dio en la edad de piedra, hace 40.000 años. En esa época, los collares solían decorarse con moluscos. Más tarde, los collares hechos de piedra, huesos, conchas marinas y dientes de animales se hicieron muy populares.
Los mayores logros se obtuvieron tras el descubrimiento del oro, la plata y una variedad de metales con los que se comenzaron a fabricar collares llamativos, tanto para mujeres como para hombres.
Los griegos limitaron su uso a las mujeres y fueron ellos los que crearon el collar en forma de cadena. En la Edad Media europea, no se utilizó el collar hasta el siglo XII, cuando las mujeres provenzales de los medios cortesanos pusieron de moda la gargantilla de tela ajustada al cuello.
Más tarde, ya en el siglo XV, se puso de moda lucir un collar sobre el escote y no sobre el vestido, como había sido el caso en siglos anteriores. Eran famosos los collares españoles de filigrana de oro con esmaltes, por su especial belleza y calidad artística.
Si te pones un collar con calaveras, estarás en la pomada de la moda, marcando tendencia por donde quiera que vayas y llevarás, sin duda, una de las joyas más molonas del universo.